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24/7 Espacio para los voluntarios

El verano nos regala momentos de relajación pero también de cambio de experiencias. Aquí en Melilla, desde hace algunos años, Confer ha estado organizando un breve período de inmersión total para aprender más sobre la realidad, ofrecer un poco de ayuda y así ampliar horizontes. Este año vino a vivir este momento de intercambio un buen grupo de personas, 3 laicos y 3 religiosos. La idea era precisamente presentar una Melilla diferente a las postales estereotipadas habituales y dar a conocer así la rica complejidad de las situaciones. El grupo se alojó en la casa de las Hermanas de la Divina Infantita, donde llevaron a cabo la mayoría de las actividades previstas, pero otras iniciativas tuvieron lugar en el Colegio de La Salle.
Comenzamos con un paseo por la Valla, en su extremo sur, justo en el muelle que separa España de Marruecos. Un momento de reflexión y oración en medio de las idas y venidas de coches y también entre los coches de la guardia civil que patrullan continuamente la zona, un nudo crítico para la posible entrada de «irregulares». El encuentro con el único diácono permanente de Melilla, Fernando, también nos permitió conocer más sobre el mundo migrante que se vive en este territorio, tan complejo y tan cambiante. El trabajo concreto se articuló con la ayuda y presencia entre las niñas del centro de la Divina Infantita, con las mujeres del Proyecto Alfa y los niños que seguimos por la tarde. No faltaron las intervenciones prácticas: arreglar una ventana, pintar habitaciones, crear un mural… Un momento intenso fue el de la oración vespertina en la que también participaron todos los jóvenes voluntarios del campamento de verano, por supuesto hubo un agradable momento de convivencia, en nuestro comedor, para un momento sencillo de compartir, conocimiento e intercambio de experiencias mutuas.

Además del grupo Confer, en nuestro colegio acogimos a un pequeño grupo de 5 voluntarios de la Fundación Spínola de Málaga, junto con la responsable Gimena (de la congregación de las Esclavas del Divino Corazón); ya habían venido el año pasado y a pesar del alojamiento muy espartano se puede ver que apreciaron todo lo que ofrece Melilla.

Vivieron días de compromiso solidario y formación, visitando y escuchando diferentes realidades del territorio, como la ONG Geum Dodou que trabaja directamente con los pocos migrantes subsaharianos aún presentes en el CETI, la asociación Mec de la Rue, con fines similares, las niñas presentes en el centro de la Divina Infantita. El último día compartieron, en la playa, un momento de juego junto con muchos otros voluntarios, gestos sencillos y fraternos, una merienda, un juego de pañuelos, un baño festivo. Bendito verano que nos permite entrar en contacto con las personas más diversas sin muchas dificultades. Gracias también a ellos por el compromiso que han experimentado en estos días.

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